La breve historia de la recuperación terciaria en la Argentina
Desde 1993, tres compañías han iniciado proyectos de recuperación mejorada de petróleo por inyección de polímeros en la Cuenca Neuquina y el Golfo San Jorge.
La recuperación mejorada de petróleo por inyección de polímeros, es una tecnología que ya tiene varios años de experiencia en la Argentina, y aunque ha logrado algunos buenos resultados, son escasos los proyectos que se han llevado adelante.
En el país hay seis proyectos de recuperación terciaria de ese tipo, tres en la Cuenca Neuquina y otros tres en el Golfo San Jorge.
La primera experiencia la llevó adelante Pecom en 1993 en el yacimiento Catriel Oeste, en Río Negro, que si bien estuvo bien diseñado en superficie, no se eligió la capa adecuada y se taparon los pozos inyectores con el polímero, razón por la cual se discontinuó el piloto. Todo esto agravado por un contexto económico complejo para la industria, con el barril de crudo a 10 dólares.
En 2007, Compañías Asociadas Petroleras (Capsa-Capex) puso en marcha su proyecto en el yacimiento Diadema, en Chubut, que se convirtió en la primera experiencia de masificación de polímeros en Argentina.
Pluspetrol implementó la inyección de polímeros en 2012, en el yacimiento El Corcobo Norte. La fase piloto permitió comprobar en campo la factibilidad de su implementación a mayor escala, con un bajo riesgo técnico, porque se aplica sobre reservas probadas. Ya está en marcha su primera ampliación de 80 pozos.
YPF, por su parte, inició en 2015 un piloto en Manantiales Behr, Chubut, que le permitió alcanzar el año pasado un récord de producción. Alcanzó los 3.747 m3 diarios en diciembre.
El inicio de recuperación terciaria fue con un piloto en la zona Grimbeek en 2015 con excelentes resultados, lo que derivó en una masificación de 80 pozos con la incorporación de 5 plantas modulares de inyección de polímeros que se pusieron en servicio entre 2019 y 2020. Hoy representa el 16% del total de la producción de Manantiales Behr. El proyecto respondió antes de lo esperado y se encuentra en crecimiento.
YPF logró la mayor producción histórica de Manantiales Behr, un yacimiento centenario de Chubut, a través de la inyección de polímeros.
En 2016, la compañía nacional también puso en marcha un piloto en Desfiladero Bayo, en la zona de Rincón de los Sauces, con 4 plantas de inyección. Ya está en fase de expansión y la perspectiva es extender ese tipo de experiencias a otros yacimientos cercanos en el mediano plazo. Por otro lado, YPF inició en 2020 un piloto en Los Perales, al norte de Santa Cruz.
Mientras que Capex evalúa iniciar un piloto en el bloque La Guitarrita, a 50 km de Comodoro Rivadavia, Chubut, en el que se ha inyectado agua por 30 años.
Este proyecto no es solo un primer paso para la reactivación de un yacimiento marginal, sino también el punto inicial para extender la vida útil de ese tipo de campos maduros.
La terciaria permitiría replicar la experiencia en zonas profundas de la Cuenca donde hoy la temperatura es una limitante para el desarrollo de viscosidad de los polímeros tradicionales. El caso de La Guitarrita es un ejemplo de ello al ir a formaciones de 85ºC.
Raúl Puliti, socio fundador de WEOR consulting dedicada exclusivamente a las técnicas de recuperación mejorada de petróleo, considera que proyectos de terciaria con polímeros son económicos. “Tienen un costo de desarrollo de entre 5 y 10 dólares por barril. Ya está demostrado que funcionan para determinadas formaciones ”, aseguró.
Señaló que los polímeros funcionan en reservorios con alta permeabilidad y bajas temperaturas. “En yacimientos con temperaturas más altas de 90 grados centígrados se puede inyectar CO2, un técnica que se utiliza en estados Unidos desde hace más de 40 años. En Argentina hubo una experiencia en YPF en el año 2005 que no fue concluyente, habria que repetirla”, dijo Puliti.
El especialista consideró que la industria petrolera Argentina debería adoptar las nuevas tecnologías de captación de CO2 del aire, como así también de los escapes de las turbinas termo generadoras, para su utilización en proyectos de recuperación mejorada de crudo.