Los desafíos de Vaca Muerta para jugar en la liga mundial del GNL
Los proyectos de licuefacción a gran escala demandan inversiones multimillonarias. El costo financiero argentino las hace inviables. El mercado global del GNL crece y se torna cada año más competitivo.
En la industria global de la energía hay consenso en que el gas será el combustible estrella a mediano plazo, que protagonizará la transición hacia las fuentes renovables por ser abundante, económicamente viable de explotar y más limpio con respecto al carbón, uno de los máximos responsables de los gases de efecto invernadero.
En ese escenario, Vaca Muerta, el segundo reservorio con mayor cantidad de recursos de shale gas del mundo, puede convertirse en un jugador de peso en el escenario internacional del Gas Natural Licuado (GNL), aunque deberá adaptarse a un mercado muy competitivo y cambiante.
La primera iniciativa de ese tipo la puso en marcha YPF, que en estos días lleva adelante pruebas técnicas en la barcaza licuefactora Tango FLNG, mientras avanza en la construcción de una planta de tratamiento y acondicionamiento de gas en un sector del puerto de Bahía Blanca. La idea es comenzar a exportar luego del invierno, cuando baje la demanda estacional local de gas.
Se trata de una iniciativa de pequeña escala, con una capacidad de licuefacción de 2,5 millones de m3 diarios y que demandó una inversión de 20 millones de dólares. Números muy bajos para un proyecto de la magnitud de Vaca Muerta, aunque se posiciona como leading case.
Contexto complejo
Un proyecto que posicione al shale neuquino entre los jugadores mundiales del GNL demandará inversiones que se cuentan en miles de millones de dólares.
Sin embargo, hoy el escenario macroeconómico del país no ayuda. “El costo financiero argentino es un gran obstáculo”, aseguró el director para Argentina de la consultora Gas Energy, Luciano Codeseira.
“Un proyecto importante de GNL para exportación, de tres o cuatro trenes de licuefacción, con una capacidad de más de 10 millones de toneladas anuales, requerirá 4 o 5 años de obras. Además se debería hacer de forma modular de modo de acompañar el crecimiento de la producción de Vaca Muerta y la infraestructura de transporte”, indicó el consultor.
Codeseira consideró que con el costo financiero argentino, un proyecto de esa magnitud hoy es difícil de concretar para empresas locales, salvo que un socio extranjero aporte el capital. En ese caso, “hay que tener costos extremadamente competitivos” para jugar en una liga en la que mandan países como Rusia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Qatar, y naciones del este de África.
Según el director para Argentina de la consultora Gas Energy, Vaca Muerta deberá producir a 2,80 dólares el millón de BTU en boca de pozo para llegar a mercados con grandes demandas como China a un precio final de entre 7 y 10 dólares el millón de BTU hacia el año 2025.
A nivel mundial, el 60% del gas se transporta por gasoductos y el 40 por ciento restante en barcos metaneros. Se espera que hacia 2030-2040 los guarismos se reviertan.
Financiamiento
Si bien el break even es un factor clave, las productoras locales no están lejos de ese horizonte. Hoy el principal escollo para que el gas de Vaca Muerta conquiste los mercados globales es el acceso al financiamiento de las millonarias inversiones que se requieren para poner el gas en barcos a gran escala.
Se estima que una planta de licuefacción tiene un costo de entre 1000 y 1.500 dólares por cada tonelada de capacidad instalada. Con lo cual una instalación de 10 millones de toneladas demandaría entre los 10 y 15 mil millones de dólares.
El puerto de Bahía Blanca es el punto estratégico para montar ese tipo de infraestructura. YPF piensa en el negocio del GNL a gran escala mediante la construcción de una planta licuefactora en Puerto Galván, que permitiría exporta unos 20 millones de m3 diarios de gas. Transportadora Gas del Sur (TGS) y la empresa Excelerate iniciaron el año pasado un estudio de prefactibilidad técnica para el montaje de módulos de licuefacción de 4 millones de m3 en tierra para transferir a barcos metaneros. El trabajo ya debería estar terminado, sin embargo viene con demoras por la incertidumbre macroeconómica que atraviesa la Argentina.
En las próximas décadas se espera un importante crecimiento de la demanda mundial de gas como complemento de las renovables, lo cual pone a Vaca Muerta a la expectativa. El desarrollo pleno del shale neuquino dependerá de la capacidad de colocar en los mercados extranjeros entre 120 y 180 millones de metros cúbicos diarios de gas. La competitividad será el factor clave.
La producción de Vaca Muerta tuvo un gran incremento en los últimos meses. Nación abrió las exportaciones de gas hacia Chile, pero la magnitud del shale neuquino requiere nuevos mercados.
Nueva ola mundial del GNL
Actualmente hay una veintena de países exportadores de gas natural licuado (GNL) a nivel mundial, con una capacidad instalada total de producción que ronda las 320 millones de toneladas al año.
Según analistas del sector, este año despegará una nueva ola de proyectos en Estados Unidos y Australia, que sumarán unas 140 millones de toneladas adicionales para 2020. También se construyen nuevas plantas en Rusia, Mozambique y Qatar.
El principal productor de GNL es Qatar, que en medio de la competencia que surge de Rusia, Australia, África Oriental y Estados Unidos, se apura para captar una mayor parte del mercado.
Según la consultora Wood Mackenzie Gas y GNL, este año podrían pasar a decisión final de inversión proyectos por 60 millones de toneladas, lo cual se ubicaría muy por encima del récord de alrededor de 45 millones registrado en 2005 y el triple del año pasado, que fue de 21 millones de toneladas.
Los proyectos líderes para este año incluyen el Arctic LNG 2 de 27.000 millones de dólares de Novatek en Rusia, un proyecto en Mozambique y tres en los Estados Unidos.
El principal productor de GNL es Qatar, que en medio de la competencia que surge de Rusia, Australia, África Oriental y Estados Unidos, se apura para captar una mayor parte del mercado.
La industria del GNL es optimista por el gran crecimiento de la demanda de China como parte de un programa para migrar hogares y fábricas de carbón a gas, la mayor dependencia de las importaciones de GNL en Europa y el terreno que empieza a perder el carbón como fuente contaminante de generación de energía.
Pero los riesgos se ciernen a partir de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que amenaza el crecimiento económico mundial que podría hacer bajar los precios del petróleo y el gas y retrasar o cancelar algunos proyectos de GNL, según prevén los analistas.
Especial para el suplemento +Energía de LM Neuquén