OIL & GAS

El potencial de Vaca Muerta: 14 mil millones de dólares para la petroquímica argentina

Un informe de la cámara del sector indica que pueden motorizar inversiones millonarias hacia 2040. Los proyectos que buscan ingresar al RIGI.

La industria petroquímica nacional se perfila como un sector clave para agregar valor a la explotación de los recursos de Vaca Muerta. Un reciente documento titulado “Petroquímica 2040 – Argentina” pone de manifiesto el potencial del sector para transformar el panorama energético y económico del país, a través de inversiones del orden de los 14 mil millones, que generarían ingresos por 6 mil millones de dólares al año.

Con un enfoque en las inversiones estratégicas y el aprovechamiento de los recursos no convencionales, el informe elaborado por la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP) al que accedió +e describe que desde la producción de alimentos y medicamentos hasta materiales para la construcción, la petroquímica es esencial para la vida moderna.

En Argentina, el sector ha pasado por diversas etapas de desarrollo, cada una vinculada al acceso a recursos hidrocarburíferos competitivos y a mercados demandantes. Desde la década de 1940 hasta la actualidad, el país experimentó cuatro olas de crecimiento que permitieron la consolidación de polos petroquímicos de Ensenada y Bahía Blanca, y ahora se encuentra a las puertas de un nuevo escalón por los recursos de Vaca Muerta.

Industrializar el gas de Vaca Muerta

“Hoy tenemos mucho más gas del que teníamos cuando construimos esos dos polos petroquímicos. Seguro va a haber mucho más gas cuando podamos exportar a nuestros vecinos como Brasil o GNL, lo que va a permitir producir más de 100 millones de metros cúbicos diarios de gas adicionales a lo que producimos hoy. Esto es una gran ventaja, ya que habrá gas a un precio competitivo”, señaló el director ejecutivo de la CIQyP, Jorge De Zavaleta, en diálogo con +e.

“El gas no convencional tiene muchos más componentes ricos, como los líquidos del gas natural. El convencional tenía un 4% de etano, pero hoy en Neuquén hay pozos que tienen hasta un 15%. Estos líquidos tienen usos industriales, como propano, butano y otros productos petroquímicos. En cuanto al gas no convencional, estamos ante un desafío fenomenal en el segmento del midstream o tratamiento, que permite extraer estos líquidos”, agregó.

Los 4 grandes sectores que se pueden expandir

El representante de la cámara sectorial destacó que el desarrollo del shale abre oportunidades de inversión en 4 grandes áreas de la petroquímica:

1. Producción de úrea: representa aproximadamente el 50% de los fertilizantes consumidos a nivel mundial. “Argentina produce 1.3 millones de toneladas y consume 2.5 millones, por lo que seguimos importando. Y Brasil, el mayor importador, compra 8 millones de toneladas por año, lo que representa una gran oportunidad para Argentina, dada nuestra cercanía”, señaló Zavaleta

2. Metanol: con aplicaciones en la producción de biodiesel y como opción de combustible de baja emisión, es un producto con gran proyección de demanda global. En este caso, el principal destino son los mercados externos.

“El metanol es una oportunidad clara. Tiene más de 100 años de historia, pero ahora está recibiendo un renovado interés, ya que se usa como combustible para barcos por su baja emisión de gases invernadero. Si tenemos gas natural barato y metanol competitivo, Argentina podría aprovechar esta oportunidad. La producción de metanol en plantas grandes es factible, y tenemos el potencial de exportar grandes cantidades”, dijo el directivo de la Cámara.

3. Polietileno: es uno de los plásticos más consumidos a nivel global, se produce a partir de etano, un derivado de gas natural. Argentina tiene el potencial de generar una cadena de valor importante para mercados internacionales.

4. Polipropileno: se produce a partir del propileno, un subproducto que se puede obtener a través de procesos como la deshidrogenación de propano. Este plástico también tiene una fuerte demanda a nivel global.

Para lograr una nueva ola de crecimiento, el sector petroquímico nacional enfrenta varios desafíos. La industria es responsable de una porción significativa de la demanda global de energía y de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, la implementación de tecnologías para reducir la huella de carbono, como la captura y almacenamiento de CO2 (CCS) y la química verde, será crucial. Además, la reducción de la contaminación plástica y el fomento de la economía circular son desafíos que deberán ser abordados con innovación y políticas públicas adecuadas.

El desafío argentino

A su vez, a nivel local el desarrollo de la petroquímica está condicionado por la infraestructura de transporte de gas y petróleo, hoy al límite de su capacidad. Además, se deben realizar inversiones en el sector midstream, sobre todo en plantas de separación de líquidos de gas natural.

Argentina no está sola en la carrera por atraer inversiones en la petroquímica. Regiones con grandes reservas de gas natural, como los Estados Unidos han visto cómo la abundancia de recursos hidrocarburíferos puede transformar sectores industriales enteros.

Desde la cámara consideran que para que el país logre aprovechar su potencial, será clave tener un marco de políticas de inversión que incluya incentivos fiscales, eliminación de tasas de exportación y el fortalecimiento de la infraestructura logística.

Horacio Marín visitó las instalaciones de Profertil, en Bahía Blanca.

El informe de la CIQyP estima que las inversiones en proyectos petroquímicos podrían ascender a unos 14.000 millones de dólares para 2040, con un impacto significativo en la economía. La industria petroquímica no solo contribuiría al crecimiento económico, sino que también generaría exportaciones adicionales por unos 6.000 millones de dólares al año y crearía nuevos empleos, tanto en la producción como en los sectores asociados.

“Para que Argentina se convierta en un país con un sector industrial sólido, necesitamos estabilidad. Necesitamos que el país sea ‘normal’, con políticas que den confianza a los inversores para que inviertan a largo plazo. El problema es que cada vez que cambia la ley, se genera incertidumbre. Los inversores deben saber que no se les va a quitar la inversión, que no se les va a expropiar, que los dólares son suyos y no del gobierno”, señaló el director ejecutivo de la cámara.

Los proyectos de Pampa y Profertil

La industria petroquímica argentina tiene la mirada puesta en dos proyectos ambiciosos. Pampa Energía, el grupo energético dirigido por Marcelo Mindlin, planea construir una planta de urea en Bahía Blanca. Con una capacidad de producción estimada en 1,5 millones de toneladas anuales, requeriría una inversión que oscila entre 2.000 y 3.000 millones de dólares.

Por su parte, Profertil, una de las principales productoras de fertilizantes del país, también se está preparando para un proyecto de expansión que podría tener un impacto significativo en la industria petroquímica argentina. La empresa está trabajando en la posibilidad de duplicar su producción de fertilizantes a través de una inversión de más de 1.500 millones de dólares. El objetivo es mejorar la eficiencia de la planta actual, que fue construida hace más de 30 años, y reducir la huella de carbono del proceso productivo. El proyecto de Profertil se encuentra en una fase avanzada de planificación. Ambas iniciativas ingresarían al RIGI.

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