Desigualdad de género: los desafíos y avances en la industria petrolera
Evangelina Cordero, ingeniera que forma parte de del grupo Women in Energy de la SPE, habla sobre el espacio de la mujer en mundo del petróleo. Las empresas comienzan a generar políticas activas, pero aún hay mucho camino por recorrer.
Por Lorena Vincenty
En el petróleo, las mujeres son minorías y en su historia el techo, más que de cristal, fue de cemento. Si bien hace casi cinco años que las operadoras y empresas de servicio comenzaron a implementar políticas de género, queda mucho camino por recorrer. En pleno siglo XXI y con una agenda de género activa, los cambios avanzan lentamente.
Evangelina Cordero, es ingeniera química (UTN Córdoba) con Maestría en Administración de Negocios (MBA) y diplomada en metodología y marco de trabajos ágiles. Se recibió a los 24 años con su hijo en brazos y hoy tiene 15 años de experiencia en la industria. Fue analista de laboratorio, ingeniera de campo, representante técnica y actualmente se desempeña como jefa de área de Pecom, a cargo las bases de Catriel y Rincón de los Sauces en tratamientos químicos.
“Vengo de ingeniería y eso posibilitó que llegue hasta acá. Normalmente estamos en lugares profesionalizados, por todo este sesgo de la fuerza y demás. La parte de operación no me fue fácil, pero depende de los grupos y de cada uno. De a poco, con voluntariados en los que las mujeres se pueden expresar, se pueden conseguir muchas cosas”, dice antes de su exposición en el conversatorio «Desigualdad de género en ámbitos laborales. Brechas, desafíos y logros», organizado por la Subsecretaría de empleo de la Municipalidad de Neuquén.
Evangelina forma parte de WIN (Women in Energy), una iniciativa de la Sociedad internacional de Ingenieros de Petróleo (SPE), que promueve la diversidad de género en la industria para que las mujeres puedan asumir funciones de liderazgo y alcanzar sus objetivos profesionales. También participa en la comisión de Diversidad e Inclusión del IAPG que se formó el año pasado y de la que ya participan unas 120 empresas.
Hay 4.400 empresas totales dentro de la cadena de valor de la industria petrolera que generan 130 mil puestos de trabajo y solo el 19% son ocupados por mujeres.

“Es fundamental que el enfoque de género sea transversal a todas las acciones de las empresas para que exista coherencia entre el discurso y la acción. Es decir, de nada sirve que el personal esté capacitado en género, si la infraestructura y la vestimenta no están adaptadas a la incorporación de mujeres y la comunicación interna y externa no las interpela”, explica.
Un estudio realizado por GROW Género y Trabajo de 2020 muestra que hay 4.400 empresas totales dentro de la cadena de valor de la industria petrolera que generan 130 mil puestos de trabajo y solo el 19% son ocupados por mujeres. El trabajo incluye a empresas dedicadas a la extracción, servicios de extracción, ventas minoritarias y refinerías, por lo que el 65% de ese porcentaje se corresponde con ventas minoritarias de combustible. También refleja que la brecha salarial a favor de los hombres en el sector es del 22,7%, y en extracción se eleva del 30% o 35%.
“Hay empresas que manifiestan que no tienen esa brecha, pero en todos los segmentos hay una diferencia, sea por brecha salarial o por la profesionalización. En un mismo puesto encontrarás una mujer ingeniera y al lado un hombre con secundario completo. A la mujer se le exige un nivel educativo mayor. Es un tema que hay que sentarse y reverlo. Es difícil saber si es menor porque sos mujer, pero hay que sacar los recibos de sueldo y comparar. No es que estamos diciendo locuras”, destaca.
En cuanto a la cantidad de mujeres que trabajan en la industria, un fuerte debate surge cuando se habla de porcentajes o de cupo de mujeres. No se trata de convencer, sino de pertenecer y para eso se necesitan igualdad de oportunidades, en ambientes mixtos, con competencia sana.
“Estamos en un ambiente laboral, con fuerza de los estereotipos de géneros binarios, pero que no nos tape, que no se elija a un postulante porque la mujer quedará embarazada, porque no hay estructura o sale más caro”.
“La cuota roza la meritocracia y como que están en contraposición. Se trata de hacer ambientes diversos. Por supuesto que un puesto se elige por mérito, pero que en el medio no te gane el sesgo, que no elijas por tu cultura de género. Si tenemos que elegir a un jefe de ingeniería en un campamento, seríamos ingenuos si no reconocemos que se piensa en un hombre. Los ambientes diversos son más ricos”, dice Evangelina.
En este sentido, el avance, aunque lento, camina. Muchas compañías crearon espacios. Hace 15 años Evangelina Cordero se me ponía los botines para ir al campo y ni se imaginaba que podía hablar de igualdad de género en la industria y que iba a integrar una comisión en IAPG. Hoy trabaja para retener e involucrar a las mujeres en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) para crear oportunidades.
“La industria se nutre de esas carreras. En educación, solo el 33% son mujeres, entonces ante las búsquedas ya hay una brecha, porque se van a presentar más varones. Se trabaja en fomentar a las mujeres en estas carreras. Por ejemplo, hoy me encuentro con que muchas chicas no quieren tener hijos, porque sienten que tienen que elegir entre la carrera y la maternidad”, grafica.

En este sentido, se hace hincapié en que faltan leyes, que la licencia también sea también por paternidad como sucede en otros países. Eso haría que se acabe el prejuicio de “no tomo a una mujer por si es madre”. Licencias compartidas, infraestructura y reducción de jornadas ayudarían a que el desarrollo de la carrera profesional de la mujer no se vea limitada por la decisión de tener hijos.
«Muchas veces, compañeros me dicen ‘si hago esto me van a denunciar’. No venimos a denunciar a nadie, sino que se trata de construir y si algo está mal hay que cambiarlo. Tengo un grupo de trabajo, con hombres a cargo, y ellos me respetaron siempre. Les digo que como ellos me tratan a mí, porque me conocieron y me dieron la oportunidad, pase en todos lados, que no sea la excepción. Para adelante lo que queremos es dejar un escenario más diverso”, concluye.
Género y diversidad
Recientemente WIN pasó a llamarse Diversidad y Género, y trabaja en crear condiciones de liderazgo qué las mujeres en la industria. Ahora incorporaron la inclusión no sólo de la perspectiva de género sino también teniendo en cuenta cuestiones de nacionalidad. Se trata de más de 30 mujeres que trabajan ad honorem.
El año pasado presentaron un proyecto de ley, dieron conferencias, hicieron colectas. Ahora están con un proyecto con una comunidad mapuche y colaboran con el capítulo estudiantil de la Universidad del Comahue.